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¿El amor cura o es una locura?

¿El amor cura o es una locura?

Amor para Bach

El amor verdadero debe estar infinitamente por encima de nuestra comprensión ordinaria, algo enorme, el olvido completo del sí mismo, la pérdida de la individualidad en la Unidad, la absorción de la personalidad en el Todo.

El amor cura:

La relación que se establece entre terapeuta y consultante es una oportunidad para crear un vínculo desde la confianza, desde el amor, el amor es cuando vemos en el otro lo más elevado, todo el potencial dormido dispuesto a brillar, cuando vemos en el ser humano al frente lo más perfecto y elevado: su alma transitando por la experiencia en la Tierra, qué es esto sino amor. Amor en la relación terapéutica.

Argumentos:

-Desde la Terapia Floral de Bach

-Desde la Psicología de la Resiliencia

-Desde mi experiencia como consultante y como terapeuta.

El amor cura desde la terapia floral

Para Bach el amor es Servicio más Sabiduría.

Bach concibe al Ser Humano como un alma que viene a la Tierra a aprender, a través de cada acontecimiento en su existencia va a desarrollar sus virtudes. Afirma que debemos enfocarnos en lo mejor de nosotros para dejar atrás los defectos. ¿Que es esto sino amor? Amor a la concepción de ser humano, dotando de sentido a la existencia.

Trascendencia y amor para Bach

El Amor es el Creador de todas las cosas…..Es posible que consigamos vislumbrar este concepto imaginando a nuestro Creador como un gran sol ardiente de caridad y amor y que de su centro irradian un número infinito de rayos en todas direcciones, y que nosotros, y todo de lo que tenemos consciencia, somos partículas al final de esos rayos enviadas para adquirir experiencia y conocimiento, pero que en última instancia volverán al gran centro. (Bach)

El amor cura desde la Psicología de la resiliencia

Resiliencia es poder flexibilizarse de tal manera frente a la adversidad que podemos salir fortalecidos, aprendiendo de esta experiencia difícil.

Se ha comprobado que se puede desarrollar cuando tenemos una figura significativa que cree en nosotros, en nuestras capacidades y en que podemos salir adelante.

Resiliencia y Bach

Para la Psicología de la Resiliencia “La auténtica felicidad” está compuesta no solo por una vida placentera, sino por una vida con sentido de trascendencia (vinculación con algo mayor).

En este sentido Bach afirma que al construir una vida desde nuestro propio sentido, nos unimos con algo mayor: el Gran Creador de todas las cosas. Y es ahí donde reside la verdadera felicidad.

Boris Cyrulnik (El amor que nos cura, 2005) define al «tutor de resiliencia» como una persona, un lugar, un acontecimiento, una obra de arte, todo aquello que pueda provocar un renacer del desarrollo psicológico tras el trauma. Es decir que a través de ese otro significativo, podrá ponerse en marcha el proceso de construcción de resiliencia.

La resiliencia es posible cuando dotamos de sentido nuestra existencia, a pesar de lo difícil que pueda ser estar en un ambiente hostil o situación difícil, tenemos un terapeuta que se constituye como una figura significativa. Pues va a ayudarnos a re significar nuestra realidad.

Como consultante tuve terapeutas que se constituyeron como tutores de resiliencia que creyeron en mí, en mis capacidades para salir adelante. Estas personas vieron en mí desde su amor incondicional todo lo que podía dar, me ayudaron a permitir morir aquellos aspectos que ya no me correspondían, y colaboraron a desarrollar mis virtudes, sobre todo mi misión en la vida desde el servicio más la sabiduría.

Fueron parteros de mis emociones, pero para que esto emergiera se requirió una contención. Una plataforma amorosa en donde nos sintamos dispuestos a confiar para poder entregarnos, comprometernos transparentemente, para de esta forma poder fluir con el proceso y desarmar resistencias, en donde se pueda dejar atrás la coraza, la encargada de permanecer en funcionamientos repetitivos.

Es muy difícil para un terapeuta o médico desprenderse de su ciencia-esta ciencia que enorgullece, mientras que el amor edifica-, situarse como hombre frente a otro hombre del que se puede recibir tanto como se da, quizá.

(Jung, Psicología y Alquimia).

En este sentido tenemos el desafío de abrir el corazón, de sentir como siente el consultante y enfrentarnos a ello, con todo lo que eso significa. Encontrarnos con él tal cual somos, tal cual sentimos.

El médico del mañana comprenderá que él, por sí mismo, no tiene poder para curar, pero que si dedica su vida a servir a sus hermanos, a estudiar la naturaleza humana, y así comprender en parte su significado, a desear de todo corazón aliviar el sufrimiento y a renunciar a todo para ayudar a los enfermos, entonces podrá canalizar a través de él el conocimiento que los guíe y la fuerza curativa que alivie sus dolores. (Bach)

La curación solo es posible a través de la entrega mutua al proceso, en donde el amor es la sustancia que permite derretir el dolor, las resistencias en abono para la transformación ontológica a través de este nuevo vínculo entre consultante-terapeuta.

La relación que se va construyendo a cada instante va a colaborar para crear el ser humano que se entrega a este vínculo de amor, para celebrar la vida, honrar la evolución, en la búsqueda de la sanación, en la búsqueda del sentido para la vida de ese individuo en camino de su individuación.

Sobre todo la relación entre consultante y terapeuta es un vínculo de amor, pues solo se puede entregar de verdad cuando se entrega con amor, cuando en lo que estamos haciendo estamos totalmente entregados a ese presente, a perder mi individualidad para ir a hacer un sistema de sentido de a dos, una oportunidad para trascender los opuestos.

Aquí y ahora se van a entregar con todo lo que traen para permitirse ser transformados. Cambiar el SENTIDO de sí mismos y de la realidad que habitan. Con todo esto podemos decir que el amor en la relación terapéutica es fundamental para la cura, es necesario para ser transformado alquímicamente.

El terapeuta entonces:

Se convierte en un maestro espiritual cuya relación con su paciente no está únicamente hecha por la proyección arbitraria de la imagen del padre o de la madre, sino de una relación creadora, de una energía formadora.

(Etienne Perrot, Alquimia y Jung)

El amor cura

Los amo. Gracias